domingo, 22 de noviembre de 2009

MODELO ACTIVISTA

SESION
16 DE OCTUBRE DE 2009

MODELO ACTIVISTA

Inicialmente conocida como la escuela del trabajo, en alemán �arbeitsschule�, (creada por Jorge Kerschensteineer, 1911) traducción realizada por Pierre Bovet, teniendo su origen en el movimiento de escuela nueva surgido, en 1900, como respuesta a la pedagogía tradicional donde el centro del acto pedagógico era el maestro, mientras que desde la propuesta activista el centro pasa a ser el estudiante.
La idea de �escuela de trabajo� era entendida como:
Escuela que centra su actividad en las disposiciones individuales de sus estudiantes y sus respectivos intereses mediante una actividad constante en los respectivos campos de trabajo.
Una escuela que trata de conformar las fuerzas morales del alumno dirigiéndolo al examen constante de sus actos de trabajo, para ver si éstos expresan con la mayor plenitud posible lo que el individuo sintió y pensó, experimentó y deseó, sin engañarse a sí mismo y a los demás.
Es una escuela de comunidad de trabajo, en la que los estudiantes se perfeccionan ayudándose y apoyándose, recíproca y socialmente, a sí mismo y a los fines de la escuela, para que cada individuo pueda llegar a la plenitud de que es capaz por su propia naturaleza
Este modelo aparece como convergencia de diversas corrientes pedagógicas, basada en los pensamientos de autores como: Dewey que planteaba la importancia pedagógica de aprender haciendo, Claparede desde los principios psicológicos, también en la metodología de la acción de acción pedagógica de Decroly, estructurada en torno a los centros de interés y en las experiencias de trabajo en la escuela de Kerchensteiner y del movimiento liberal de Demolins y Lighthart. También pueden considerase como parte de este movimiento renovador Binet, Cousinet, Ferriere, Freinet y Montessori. Este movimiento no posee fundador ni manifiesto fundacional, propiamente dichos[2].
Los métodos utilizados en la escuela activa, son de tipo autoestructurante, donde se da mucha libertad al estudiante en su proceso de formación, como respuesta a la escuela tradicional que mantenía subyugado al estudiante, sin ninguna libertad. Esta metodología autoestructurante[3] se caracteriza por los aspectos siguientes:
Al contrario de la pedagogía tradicional que busca transformar al alumno, aquí se le ayuda a transformarse, lo que implica, en cierta medida que se le da cierta libertad y participación en su propio proceso.
Se involucra tanto al alumno que se rescata la acción propia de éste, es decir que pasa de un aprendizaje pasivo a uno activo.
Se tiene en cuenta al alumno como sujeto individual que posee sus características e intereses particulares y además se le rescata como un ser perteneciente a un contexto y a una cultura, así se convierte en un ser social o sujeto colectivo.
Los métodos utilizados se denominan activos, por todo lo anteriormente expuesto.
Rescata el aprendizaje por descubrimiento basado en la observación, que puede ser guiado por el maestro o autónomo, donde el alumno en algunas circunstancias es el propio guía.
En el Modelo Pedagógico Activista son significativas las teorías pedagógicas de María Montessori, John Dewey, Claparede, Ferriere, Freinet, Decroly, Agustín Nieto Caballero, Herbart y Vigotsky, de cuyos postulados se seleccionaron los más relevantes, constituyéndose en los pilares sobre los cuales, los principios educativos armonizan con las características de la formación Salvadoreña. A partir de estas teorías pedagógicas se proponen nuevas metas educativas, nuevo concepto de desarrollo del niño, nuevas experiencias educativas, nuevo enfoque de la relación maestro-estudiante, por cuanto se moderniza el concepto de formación de la personalidad del estudiante desde sus propios intereses y características individuales como eje central de la actividad del maestro y de la escuela, deja de considerar al niño como un adulto en miniatura y se propone respetarlo como verdadero ser humano diferente por su proyección, afianzamiento y realización de sus potencialidades.

En este modelo se enfatiza en el desarrollo intelectual y el aprendizaje científico-técnico, a partir de la actividad vital del niño como protagonista de su propio desarrollo, con base en sus intereses, necesidades sentidas, actividades creativas, siendo el niño y el joven el constructor del contenido de su propio aprendizaje; por tanto, las acciones del maestro y la selección de los contenidos deben girar alrededor de los ritmos de aprendizaje.

Como se trata de una preparación para la vida en movimiento, el ambiente de la escuela es lo más natural posible, las experiencias seleccionadas se extraen del medio ambiente del niño y el joven.

Adecuar la institución a las necesidades cambiantes del contexto, articulando los contenidos y valores con el sentido y los propósitos de la educación, valorando la diferencia, el pluralismo, la tolerancia, el trabajo en grupo, la concertación, la capacidad de construir un proyecto de vida personal, familiar y social es el propósito central del modelo pedagógico activista.

En este sentido, la escuela prepara para la vida; por ello la naturaleza y la vida misma son estudiadas; los contenidos educativos se organizan partiendo de lo simple y concreto, hacia lo complejo y abstracto; al considerar al niño como artesano de su propio conocimiento, el activismo da primacía al sujeto y a su experimentación; los recursos didácticos son entendidos como útiles de la infancia que al permitir la manipulación y la experimentación contribuirán a educar los sentidos, garantizando el aprendizaje y el desarrollo de las capacidades individuales.

Al considerar la experiencia como la madre del saber el punto de partida es la manipulación y el contacto con los objetos, dando importancia al cultivo de habilidades para descubrir, criterios para analizar y tomar decisiones; desarrollo de los valores, actitudes emprendedoras, conciliadoras, solidarias; estrategias cognoscitivas, comunicativas y ante todo, gusto por la búsqueda y el uso consciente del conocimiento.

Para lograr los anteriores objetivos cada área se concibe como un espacio que posibilita experiencias educativas, donde se plantean y analizan diversas formas de entender el mundo, de explicarlo, de argumentar, de dar sentido a la acción, donde se conocen procedimientos para anticiparse a los problemas, para afrontarlos y resolverlos donde se incentiva desde varias perspectivas el cultivo de las múltiples potencialidades y aptitudes humanas, se viven procesos que permiten a cada uno ubicarse, comprometerse y crecer en sus relaciones con el ambiente, con los demás y consigo mismo; se descubren fuentes de criterios y de conocimientos.

El estudiante es el centro del aprendizaje, donde la cogestión y el cogobierno son una opción pedagógica que permiten iguales oportunidades de acceso a los conocimientos y a la información, base real para la toma de decisiones y la democracia en la vida de la escuela y de la sociedad.

Es de vital importancia analizar el modelo pedagógico desde la actividad; así, el acto de aprender va unido al acto de enseñar; el proceso de aprendizaje del maestro involucra fundamentalmente la manera como construye el saber para comunicarlo, esto es para enseñarlo.

La reflexión del educador es pedagógica, tanto para aprender como para enseñar. Así, la reflexión del educador tiene en principio dos elementos necesarios: la actividad y el pensamiento.

La actividad es a la pedagogía, lo que el movimiento es a la física. La idea es que el pensamiento se transforme en movimiento. Así la pedagogía tiene por objeto reflexionar sobre como aprendemos lo que vamos a enseñar, pero sobre todo, como transformar lo que enseñamos en movimiento, a través del pensamiento. La actividad permite que las ideas se conviertan en conceptos y los conceptos en prescripciones para el saber hacer y del saber hacer volver al pensamiento.

El origen del pensar depende de la manera como re-presentemos las cosas en nuestra mente, o sea como las volvamos a presentar una y otra vez en nuestra mente, esto es re-flexión. Para que el pensamiento se externalice como actuación, es necesario plegarlo a la actividad y volverlo a llevar al pensamiento como actividad. Por eso la actividad es el resultado del pensamiento y lo contrario. Esto quiere decir que la actividad permite que las ideas se conviertan en pensamiento y el pensamiento en hechos.

La gestación de conceptos está ligada a la actividad, porque la actividad permite fijar con más seguridad la memoria a la mente para asegurar el recuerdo. Este principio de memoria se genera en red, por eso la evocación de un recuerdo, evoca muchos otros, así aparece la capacidad comprensiva.

Con base en el planteamiento de VIGOTSKY el contenido del acto del pensamiento en el niño, cuando trata de definir conceptos, no está tan determinado por la estructura lógica del concepto mismo como por los recuerdos concretos que posee el pequeño”.
El eje de la acción educativa se ubica en la capacidad de brindar a los niños y jóvenes de la institución herramientas básicas para la inserción significativa como ciudadanos productivos, vinculación con sentido a los distintos entes sociales y la posibilidad de encontrar con ellos espacios de desarrollo personal y social, participación política en la construcción de democracias comunitarias, locales, regionales, y nacionales y en la búsqueda de alternativa de paz, adquisición de los códigos de la cultura universal, así como de las destrezas y competencias necesarias para superar las condiciones de inequidad

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